Descripción
La pureza no es un no, es un sí al amor, es lo que le concede sentido, valor a nuestra manera de vivir.
Si la persona renuncia al empeño por mantener esta limpieza de cuerpo y de alma, se abandona a la tiraría de los sentidos y se rebaja a un nivel infrahumano parecería como sí el «espíritu» se fuera reduciendo empequeñeciendo, hasta quedar en un puntito... Y e cuerpo se agranda, se agiganta, hasta dominar.
Sigamos el consejo de todos los santos que cuando hay que combatir por la pureza nos animan a acudir a nuestra Madre, que Inmaculada. Para poder ver a Dios, vayamos a María, ella nos enseñará a cuidar mejor la santa pureza, como santa Filomena, dio su vida para cuidar tan hermosa virtud meditación nos puede ayudar a conseguirlo.
Autor: Equipo Editorial
Tamaño: 13 cms x 19 cms
Páginas: 64
Editorial: Madre de Dios